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Alimentacion Saludable

Una alimentación saludable empieza por un suelo saludable

Hemos aprendido que mientras todo se vea igual, parejito, del mismo tamaño, será mejor. Que todas las personas debemos aspirar a tener el mismo color de piel, ciertas facciones que son consideradas bellas, misma ropa, mismos zapatos. En fin, que todas las personas debemos vernos y pensar igual. Que lo que debemos comer debe verse y saber igual, así como estar disponible todo el año. Vivimos en un mundo de uniformidad y ya es hora de que empecemos a apostar por la diversidad.

La biodiversidad de cada espacio en el que vivimos marca nuestra cultura culinaria, define la forma en la que vemos el mundo, nos da identidad.

Si queremos tener una alimentación saludable, es necesario pensar en cómo se producen nuestros alimentos. ¿Será posible tener una alimentación saludable con un sistema de producción de alimentos que envenena a quien siembra, al suelo, al agua, al aire y a quien consume lo que se produce?

La respuesta suena obvia, sin embargo, no lo hemos pensado mucho o no lo hemos querido ver. Para tener gente sana, es necesario tener alimentos sanos, producidos en suelos sanos. Sin esta sinergia, será imposible lograr sociedades saludables.

Es necesario que cuando se hable de salud y nutrición, se incluya la agricultura. Debemos volver a conectar con la forma en la que se producen nuestros alimentos. A continuación veamos a grandes rasgos lo que implican dos modelos de agricultura:

Agricultura industrial:

Emplean el uso de pesticidas y herbicidas que:

  • Contaminan el agua, aire y dejan muerto el suelo
  • Matan abejas y otros polinizadores, cuando aproximadamente el 84% de nuestra alimentación depende de ellos.
  • Enferman a productores y consumidores.
  • Crea dependencia de semillas e insumos. Seguimos haciendo ricos a unos pocos y pobres y enfermos a muchos.
  • Da como resultado alimentos pobres en minerales y vitaminas. Se ha comprobado que un suelo sin microorganismos y pobre en micronutrientes, produce plantas/alimentos con deficiencias.
  • Se hace una selección de variedades por conveniencia de comercio no de salud y de cuidado de la biodiversidad.

Agroecología:

  • Es un modelo que busca imitar la naturaleza, adaptarse a sus cambios, a las relaciones que existen en ella, no busca controlarla ni dominarla.
  • Se siembran diversos cultivos que nos ayudan a que lleguen los polinizadores y a controlar las plagas naturalmente.
  • Suelos vivos. Se hace rotación de cultivos, se aplica composta, existen microorganismos en el suelo.
  • Uso eficiente de agua: aumenta la capacidad de absorción y retención de agua, menos escurrimientos, suelos con cobertura que evitan evaporación.
  • Alimentos en suelos vivos y nutridos, tienen más nutrientes.
  • Promueve una vida digna para quien trabaja el campo, con autonomía y alimentos sanos.

Actualmente leemos mucho de alimentación saludable, de diferentes tipos de dietas, recetas, pero poco reflexionamos sobre la importancia del origen de nuestros alimentos para garantizar que nuestra alimentación sea realmente saludable. Al pensar en salud, en nutrición, es fundamental pensar en agricultura, en cómo fueron producidos nuestros alimentos, cómo es el suelo en el que crecieron, cuánta agua se necesitó para producirlos, si se utilizaron sustancias que se sabe son veneno para nuestro planeta y por lo tanto para nosotros. En este artículo te invito a hacer esta reflexión, a pensar y tomar acciones para garantizar que nuestra alimentación sea saludable.

Pensemos en las reglas de la alimentación saludable desde una perspectiva de diversidad, de suelos sanos y de producción de alimentos.

Para que una dieta sea saludable debe cumplir con las siguientes características:

  • Variada

Mientras más posibilidades de variar dentro de cada grupo, más posibilidades tendremos de cubrir nuestras necesidades nutrimentales. Está relacionado directamente con la biodiversidad. Mientras más variedades tengamos de alimentos, más variada en nutrientes también será y por lo tanto, menos posibilidades de padecer deficiencias.

Si seguimos en un sistema de alimentación que sacrifica la diversidad, perderemos variedad, perderemos la riqueza que nos ofrece la naturaleza para obtener todos los nutrientes necesarios para nuestra existencia.

  • Inocua

Una alimentación saludable, no debe implicar riesgos para la salud. Muchas veces pensamos sólo en bacterias y virus, pero también están los pesticidas, herbicidas y transgénicos.

El uso de pesticidas se relaciona con el aumento de alzheimer, asma, defectos de nacimiento, cáncer, dificultades en el aprendizaje y desarrollo, esterilidad, entre otras.

Un método de producción de alimentos como la agroecología que cuida y procura la biodiversidad, garantiza alimentos inocuos para los humanos y el medio ambiente, dejando como única preocupación lavarlos y conservarlos bien.

  • Suficiente

Una alimentación saludable debe cubrir las necesidades energéticas y de nutrimentos necesarias para crecer y desarrollarse adecuadamente.

Si queremos garantizar una alimentación suficiente para todas las personas, es necesario un método agroecológico en el que se apoya el campo, en el que se respeta la producción a pequeña escala, en el que se cuidan las semillas y la biodiversidad.

Los suelos sanos son la base para producir alimentos saludables

La función más universalmente reconocida del suelo es su apoyo a la producción alimentaria. Es la base para la agricultura y el medio en el que crecen casi todas las plantas de las que obtenemos alimentos. De hecho, se estima que el 95% de nuestros alimentos se produce directa o indirectamente en nuestros suelos. Los suelos sanos suministran los nutrientes esenciales, agua, oxígeno y el soporte para las raíces que nuestras plantas productoras de alimentos necesitan para crecer y prosperar. Los suelos también sirven como protección para las delicadas raíces de las plantas frente a las fuertes fluctuaciones de temperatura.

¿Qué es un suelo sano?

La salud del suelo se ha definido como su capacidad para funcionar como un sistema vivo.

Los suelos sanos mantienen una comunidad variada de organismos del suelo que ayudan a controlar las enfermedades de las plantas, insectos y malezas, forman asociaciones simbióticas beneficiosas con las raíces, reciclan nutrientes esenciales para las plantas, mejoran la estructura del suelo con efectos positivos para el agua del suelo y la capacidad de retención de nutrientes, y en última instancia mejoran la producción agrícola.

Un suelo sano también contribuye a la mitigación del cambio climático, manteniendo o aumentando su contenido de carbono.

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