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Agricultura Sustentable

Métodos para una agricultura sustentable

La agricultura sustentable es una de las nuevas tendencias de la industria agrícola actual en todo el mundo. En efecto, muchos agricultores están transformando y actualizando las formas de cultivo de sus productos mediante el uso de prácticas más amigables con el entorno.

¿Qué es la Agricultura Sustentable?

Actualmente, los movimientos ecológicos han concientizado a los países sobre las consecuencias ecológicas y a la salud con respecto al consumo de productos que requieren el uso de productos o procesos químicos para su producción. En efecto, hoy en día es innegable la estrecha relación entre enfermedades patógenas y los productos consumidos. Por ello, desde hace una década entre las nuevas tendencias en agricultura se encuentra la sustentabilidad. Así, la agricultura sustentable es la actividad agropecuaria que defiende un sistema de producción integral. Dentro de ello comprende los siguientes puntos:

  • Mantener la productividad agrícola
  • Preservar los recursos naturales productivos
  • Abastecer de alimentos saludables a las condiciones orgánicas de sus consumidores.
  • Presentar alimentos a precios razonables que puedan llegar a todo tipo de consumidores.
  • Impulsar estrategias de rentabilidad sustentable capaces de competir con la agricultura convencional.

La agricultura sustentable se resguarda del uso de recursos naturales como el agua, suelo y luz para proveer productos agrícolas más rentables y con fines orgánicos. Así, fomenta la integralidad entre la industria agrícola con fines lucrativos y la rentabilidad de sus productos comerciales.

Características de la Agricultura Sustentable

La agricultura sustentable se caracteriza por la integración de factores económicos, ecológicos y sociales. Todo ello con el fin de ofrecer un sistema agrícola integral que responda a las necesidades comunes.

Por esta razón, se caracteriza por responder a los siguientes objetivos:

  • El mejoramiento y la conservación de la fertilidad y de la productividad del suelo con estrategias de manejo (recursos de bajo costo).
  • Satisfacción y cooperación para la erradicación de hambre mundial
  • Viabilidad económica.
  • Equidad y mejora de la calidad y condiciones de vida de los agricultores y de la sociedad
  • Minimización de los impactos, protección y mejoramiento del ambiente.
  • La durabilidad del sistema en el largo plazo en lugar de la rentabilidad de corto plazo (sustentabilidad vs sostenibilidad).

La agricultura sustentable desempeña un papel importante al ser capaz de conservar recursos naturales, reducir contaminantes, frenar la pérdida de la biodiversidad y cuidar de los paisajes valiosos de nuestro entorno. Es por ello que poner en práctica nuestras actividades agrícolas de manera sostenible nos hace responsables, ya que implica abrir una puerta hacia la innovación para ayudar a que la agricultura contamine menos. Una vez hablado sobre lo importante que es responsabilizarnos en el desempeño de nuestro esfuerzo diario en el campo, te presento algunos métodos para poner en práctica una agricultura sustentable de manera que los resultados sean efectivos y ayuden a cumplir nuestros objetivos sociales. 

  • Preservación de biodiversidad

La biodiversidad presta una infinidad de servicios ecológicos, tales como: reciclaje de nutrientes, supresión biológica de plagas y enfermedades, control del microclima local, detoxificación de compuestos químicos nocivos y la regulación de procesos hidrológicos. Cuando estos servicios naturales se pierden debido a la simplificación biológica del monocultivo y pesticidas, los costos ambientales y económicos son importantes.

  • Rehabilitar la tierra

La degradación de la tierra no es definitiva. Para rehabilitar una superficie degradada se deben mejorar las técnicas de cultivo. Se deben estabilizar y enriquecer los suelos con materia orgánica, seleccionar distintos vegetales, asociar los cultivos y reducir la presión sobre la tierra. Se debe también luchar contra la salinización de los suelos encontrando un sistema de irrigación más eficaz, evacuando los excesos de agua y controlando los movimientos del nivel freático, también es necesario drenar e irrigar, vigilar la salinidad del agua y del suelo en las zonas problemáticas y plantar árboles que limiten la pérdida de suelo.

  • Conservación de naturaleza y paisaje

Se trata de ordenar y mejorar el hábitat natural y mantener a su vez la viabilidad económica de la empresa agrícola mediante un reconocimiento y conservación de hábitat silvestre y características del paisaje, se deben reducir repercusiones en la naturaleza de las operaciones como la labranza y utilización de sustancias agroquímicas, de igual manera cuidar cursos de agua y humedales para alentar la vida silvestre y una supervisión constante de especies de flora y fauna presentes. 

  • Invertir en ciencia y tecnología

Hacer esto puede incrementar la productividad de la agricultura y alcanzar los objetivos de seguridad alimentaria y sostenibilidad. Es necesario incorporar la tecnología, conocimientos y habilidades disponibles de modo que se adapten a las condiciones y capacidades de nuestro cultivo para que mediante su implementación tengamos mayor certeza de nuestras capacidades productivas y control de todas las áreas en la que se involucren nuestras labores agrícolas.

  • Gestión del agua

Con métodos eficientes de irrigación se reducirá al mínimo la pérdida del agua de riego durante el suministro y la distribución mediante la adaptación de la cantidad y las aplicaciones a las necesidades agronómicas, a fin de evitar un exceso de delixiviación y salinización. Será necesario adoptar técnicas para supervisar el estado de los cultivos y el agua del suelo, programar con precisión el riego y evitar salinización del suelo mediante adopción de medidas para economizar y reciclar el agua siempre que sea posible. La implementación de una agricultura sustentable no se limita a los métodos anteriores, existen muchísimas formas más de contribuir con el cuidado del medio natural, lo importante es adoptarlos como actividad principal al momento de trabajar en el campo y con ello pasar a formar parte de una cultura consiente y responsable.

Hoy día, sabemos a ciencia cierta que se puede erradicar el hambre en el mundo. No es una suposición, ni un deseo, sino una realidad. Sin embargo, todavía estamos lejos de cumplir este reto planetario, pues, según la FAO, todavía hay 815 millones de personas que padecen hambre crónica. De estos, 155 millones son menores de cinco años con malnutrición crónica y, los últimos datos que se han podido contrastar hablan de 2.000 millones de personas con carencias de micronutrientes, lo que se conoce como “hambre encubierta”.

La ciencia, la tecnología y los avances sociales de muchas de nuestras sociedades en las últimas décadas nos han permitido empezar a mirar hacia un mundo mejor. En lo que se refiere al hambre, hoy, contamos con conocimientos y estrategias que no hubiésemos imaginado hace unos pocos años. Algunas de ellas son:

  • Enseñar el camino hacia el éxito

A menudo, la tecnología no tiene sentido si no se da una necesaria curva de aprendizaje. Para erradicar el hambre en el mundo, hay que crear una cultura de autoabastecimiento y mejorar la eficiencia del sector primario en los países en vías de desarrollo.

  • Reducir los residuos alimentarios

Más allá de una buena cosecha, las técnicas de almacenamiento y conserva son prioritarias en zonas como el sur de África. La implantación de fruta deshidratada en estos países mediante secadores puede ser la diferencia entre comida para varios años o comida para un mes.

  • Mejorar la fertilidad del suelo agrícola

Incluso en espacios tan fértiles como en buena parte de África es necesario generalizar el uso de abonos y cultivos de cobertura para poder seguir produciendo alimentos. En la actualidad, se empieza a temer por un descenso notable en la producción.

  • Empoderamiento de la mujer

El feminismo y la lucha contra el hambre van de la mano cuando el problema sucede en sociedades patriarcales. Nuestro apoyo por empoderar a las mujeres en sus comunidades permite que haya más manos para trabajar en agricultura o aumentar la capacidad productiva del país. Un mundo que, en estas comunidades, ha sido vetado tradicionalmente para todas ellas.

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